A partir de los principios de diciembre arranca el gran nerviosismo de comprar regalos de Navidad y Reyes. Y no hay pocos que se preguntan porqué nos exponemos a tal estrés.
Parece que regalamos por principio. Navidad y Reyes son unos de los grandes eventos marcados en el calendario. También hay varios otras ocasiones en las que nos regalamos cosas como son por ejemplo los cumpleaños o aniversarios. Y parece que estamos obligados de hacerlo, que regalar es un compromiso social. Contemplando regalar como una forma de comunicación humana se sabe que comunicación ocurre constantemente. Hablamos con otros a diario, nos comunicamos con miradas, gestos y también a través del intercambio de regalos. Por lo tanto hay que devolver un regalo al haber recibido uno, pues todo lo demás sería una denegación de comunicación.
También se presenta la situación que uno recibe un regalo valioso sin tener por su parte ningún objeto del mismo valor como regalo que pueda causar una situación un tanto incómoda. Pero esto no debería ser así, ya que el intercambio de regalos funciona sobre un nivel completamente distinto que se basa en aspectos personales, emocionales y sociales. Y en estas materias no se pueden medir los valores según normas económicas, sino se mide en amor, cariño, amistad y relaciones sociales. Por lo tanto no tiene importancia si un regalo vale dos euros más o menos que el otro. Con otras palabras dicho, mi regalo viene del corazón y el otro reacciona a esto.
Una buena manera de averiguar el gusto de una persona es hacer un viaje por el internet navegando por los distintos comercios. Para más rapidez y comodidad se ofrece iniciar el viaje a través del portal de Lyoness. La página web de la comunidad de compra con todos sus negocios colaboradores de todos los sectores está disponible las 24 horas del día, ofreciendo un sinfín de posibilidades de compras o sea de regalos que ayudan a averiguar el gusto y preferencias de cada uno.
¿Y cómo se debe reaccionar mejor en el momento de recibir un regalo en realidad no deseado? Ya que es el momento que demuestra que algo ha andado mal, que no ha sido posible compenetrarse con el otro y por lo tanto no ha sido posible llegar a conocer sus deseos y preferencias. De la teoría general de los sistemas se sabe que comunicación no está garantizada por nada. En el fondo el éxito de comunicación resulta ser el caso menos probable, lo que lleva a la conclusión que en el caso de los casos es más seguro simplemente preguntar o regalar un vale.  En caso de regalar un vale no se corre el riesgo de equivocarse en el título de un libro o la fragancia preferida, ya que todas las opciones están a disposición.