Hay veces en los que una mudanza puede ser traumática y hay veces en las que no. Dependiendo de cómo nos lo tomemos y dependiendo de los motivos por lo que nos mudamos. Cuando toda tu vida vives en un mismo lugar con tus padres y te has casado y has formado una maravillosa familia piensas que eso va a ser así siempre, de hecho has formado un hogar y piensas que va a ser para toda la vida. Pero hay veces en los que la vida te pone en tu lugar, te quita la venda de los ojos y te lleva a la cruda realidad. Es mi historia y esto fue lo que pasó.

Vivíamos tranquilamente hasta que un día los jefes de mi marido le dicen que nos tenemos que mudar que lo necesitan en otra empresa de otra ciudad y que será de forma indefinida. Que en ese momento no pueden contratar a otro y que enseñar a otra persona llevaría mucho tiempo. Y cuando te lo cuenta un jarro de agua fría recorre tu cuerpo y no sabes ni lo que decir. Cuando parece que despiertas de esa horrible pesadilla y te das cuenta de que todo es verdad miras a tu alrededor y te das cuenta que lo que has construido en tanto tiempo de momento se desmorona y no puedes hacer nada al respecto. Debes prepararlo todo y dejar atrás tu vida, tu familia, y empezar una nueva vida lejos de todo lo que quieres.

Y es así no hay más debemos sobrevivir e ir donde nos dan el pan de cada día de otra manera ya tienes cierta edad y costaría mucho encontrar otro trabajo y empezar de cero. Nuestras hijas no se merecían eso su futuro era lo que realmente importaba. Por lo que nos liamos la manta a la cabeza y nos pusimos en contacto con http://www.mudanzas-barcelona.eu/ y en cuestión de días realizamos la mudanza. Ya estamos instalados y la verdad que al final no estamos tan mal como pensaba yo. Evidentemente cuando no quieres hacer una cosa le buscas todo lo malo que tiene y más y ya cuando comienzas a disfrutarlo empiezas a verle lo bueno que tiene y a mirarlo todo de una forma positiva. Pero si me preguntan  si una mudanza es traumática, mi respuesta es un rotundo sí, lo es y cuesta realizarla, pero cuando no queda más remedio las personas nos amoldamos a todo.