La importancia de la ética en la agricultura sostenible

La sociedad es una parte fundamental en los sistemas de agricultura, dado que existe una constante interacción en el consumo de productos y las prácticas que cada empresa lleva a cabo. Sin embargo, cabe señalar que también existen otros factores, los cuales terminarán afectando los procesos de producción y que no siempre obedecen a consideraciones éticas con el medio ambiente. En la mayoría de casos, estamos hablando de las exigencias del mercado, delimitada por la oferta y demanda de un determinado grupo de gente.

 

Por otro lado, es importante mencionar que en varios países se ofrecen incentivos a las empresas agroalimentarias que implementan métodos y técnicas orientados al cuidado de los recursos naturales. Mientras que en otras partes, se prefiere imponer multas a aquellas que incurren en prácticas poco responsables. No cabe duda que lo primero es preferible, pues se trata de una visión enfocada al desarrollo, en lugar de fomentar la ilegalidad para eludir las sanciones impuestas por el gobierno.

También hay que considerar los derechos laborales de los empleados, pues sin ellos el sector agroalimentario no sería capaz de satisfacer las necesidades de la población. De este modo, los distribuidores y las empresas que tienen contacto con el consumidor final están en la obligación de exigir la información y documentos que demuestren que se están siguiendo principios de una producción ética y responsable.

 

Lo antes mencionado es hoy en día más fácil gracias a la organización Sedex, que cuenta con una efectiva plataforma en línea para mantener un mejor control de la cadena de distribución. Asimismo, han creado el formato SMETA, que es de gran ayuda para establecer pautas claras sobre la integridad en los negocios. En esta noticia sobre el Grupo Lucas te podrás informar más al respecto.

 

Regresando al aspecto social, y tomando en cuenta los conceptos y medidas previamente detallados, podemos concluir que la toma de decisiones es una parte fundamental en la agricultura sostenible. No solo se trata de que las empresas trabajen según criterios éticos, sino que las mismas personas sepan elegir productos que hayan sido el resultado de prácticas responsables con el medio ambiente.

 

Solo queda decir que, en ausencia de una correcta relación entre las empresas del sector agroalimentario y los consumidores, los procesos involucrados en el cultivo y la producción estarán delimitados por la oferta y demanda. El peligro de esto es que muchas veces se prioriza el beneficio económico, en lugar de la conservación de los ecosistemas y la protección de los recursos naturales.