Paris Monamour

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¡París, amor mío! el romanticismo se refleja a flor de piel y ronda sus calles, viajar a París es un grandioso placer; si va solo posiblemente lo hará delirar, imagine poder planear a dónde ir, qué comer, cuánto tiempo  estar; pero acompañado sobrepasaría todas sus expectativas y emociones.

Es muy difícil señalar lo mejor de la Ciudad Luz, lo más bello, lo más antiguo o lo más romántico, definitivamente es una ciudad cultural. Quien llega a visitarla al menos por una vez, le queda una impresión imborrable en su mente.

Es una ciudad que destila glamour y disfrute; los parisinos enseñan a los turistas a saber detenerse y deleitarse, saborear un aromático, suave y delicioso croissant acompañado de un café, justo en una callecita empedrada en un lindo establecimiento de imagen antigua, con mesas y sillas con estilo, diminutas y graciosas colocadas en una terraza o afuera en la acera donde le acaricie una breve brisa en la cara.

Recorrerla es el sueño de todos aquellos que se consideran románticos y enamoradizos. Su marca registrada la Torre Eiffel impacta por sus luces, en cuanto la visite pudiese encontrarse con la sorpresa que se engalana de múltiples colores por el apoyo a alguna causa humanitaria o el recordatorio de alguien o cierto suceso importante…

Sin embargo, la mayor de la suerte es subir a la Torre y gozar de esa vista panorámica de la grandiosa ciudad, para luego apreciar el baile de sus luces, le da la sensación de querer saltar al vacío. Todo un deleite son los Campos Elíseos, disfrutar de sus iluminados árboles como si pequeñas luciérnagas posarán en ellos, un verdadero derroche de resplandor de maravillosas y diminutas lucecitas.

Otra experiencia inolvidable y única sin error a equivocarse es ir al Louvre, monumental, sensacional, histórico, moderno, allí están los grandes, los afamados, los más geniales creadores, una exposición universal de la originalidad y la inventiva humana; tal como la extraordinaria Gioconda de Leonardo Da Vinci.

Visitas obligadas son: la Catedral de Notre Dame, el Moulin Rouge, Plaza de La Bastilla, el Arco del Triunfo, Museo Pompidou y pasear a lo largo del Sena en barco o caminar bordeando sus orillas. Si va con niños, nada mejor que recordar su tierna infancia en Disneyland e incluso resulta de gran entretenimiento para adultos. Hay muchas cosas que planear, ver, disfrutar y degustar en París. ¡Si tiene oportunidad de ir, no se lo pierda!