Saber utilizar un dicho popular y hacerlo en el momento adecuado, conociendo de verdad lo que significa y usándolo en el instante justo permite que podamos tener al alcance de la mano un enorme catálogo de referencias a nuestra tradición más genuina y pura, a ese pasado que tanto ha marcado nuestra trayectoria y que nos ha permitido desarrollar una personalidad, conocernos a nosotros mismos y saber de dónde venimos y, sobre todo, a dónde vamos.
Y uno de los mejores tesoros de los que disponemos, que además resume a la perfección todo lo que acabamos de decir, es el dicho popular o refrán. En efecto, estas perlas del pasado son excelentes resúmenes de todo lo que la historia y el poso de la tradición nos han ido aportando con el paso el tiempo. Por eso a nosotros siempre nos gusta recurrir a ellos para resumir una situación determinada o para entender algunas cuestiones que consideramos interesantes. Además, gracias a la innovación que nos proporciona Internet tenemos la posibilidad de entrar en una página excelente llamada refranesysusignificado.net que tiene todo lo necesario para entender qué es un dicho popular, cuáles son los más usados, qué hemos de decir en según qué momento, etc.
La verdad es que nos alegra esta mezcla de lo nuevo con lo antiguo, en una especie de simbiosis excelente que nos acerca aquello que forma parte de nuestra historia pero de una manera directa, tal y como lo hacemos hoy en día. Conectarse a Internet forma parte de nuestra forma de entender el siglo XXI, y cualquier persona que haya probado la viabilidad de la Red sabe perfectamente de qué estamos hablando. Por eso el que existan Webs que te dan una eficiencia comprobada y que además sirvan para recuperar esos retazos de nuestro pasado más inmediato nos aporta una dosis de optimismo que nos permite afirmar que, en efecto, no todo lo que la Red ofrece está para perder el tiempo.
A nosotros nos parece esencial que la tradición no se pierda y que perdure durante un montón de tiempo. Está claro que este tipo de Webs han venido para suplir un hueco que existía en la operatividad virtual y para asegurarnos la conservación de nuestra tradición. Y eso es una labor encomiable, desde luego que sí, porque quien olvida su historia está condenado a repetirla.