Ahorrando con sentido y sensibilidad

Todos sabemos que el título que hemos elegido para este mini post hace referencia a una obra de la literatura universal, pero también a una cuestión que nos parece de cajón: ahorrar dinero tiene que tener sentido y, por supuesto, sensibilidad.

Traslademos lo dicho a esos momentos en los que tenemos que acudir a un desguace para adquirir lo que sea, desde una pieza usada a un motor de segunda mano. ¿Sabemos cómo hacer las cosas? Pues está claro, haciendo caso al consejo de los expertos en la materia y consiguiendo,  gracias a sus palabras, que el hecho de abrir nuestra cartera no implique un acto de fe sino un acto con sentido y, por supuesto, con sensibilidad. ¡Faltaría más!

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