Nada hay más atractivo y sugerente, al menos hoy en día, que el placer de comprar cosas baratas. De hecho gran parte del consumismo se basa en esa premisa: para poder seguir adquiriendo objetos que a veces ni necesitamos hemos de ofrecerlos a un coste menor. Así fue como las compañías de telefonía móvil nos convencieron de la necesidad de contar con un celular sin el que, francamente, estábamos mejor; así fue como los fabricantes de ordenadores nos permitieron acceder a la era de los PC e introducirlos en nuestra vida (con algunos problemas sobrevenidos que nadie se esperaba pero que acabaron ocurriendo). La lista es muy larga, podríamos seguir con ella, pero preferimos referirnos a lo que hemos sugerido en el título del presente artículo, porque ahora mismo se hace evidente que las cosas baratas son muy atractivas, sobre todo las que podemos encontrar en los bazares chinos.
Que los comercios orientales están en todos los lados no es ninguna novedad. De hecho incluso directorios de profesionales como este de aquí, llamado buscándolos.es, tienen incluidos entre su base de datos varios de estos lugares donde la baratura es la norma general. Ahora bien, deberíamos preguntarnos si es cierto que son sitios donde verdaderamente se compra bien.
Nos explicamos: este tipo de negocios ofrece un precio imbatible con el que los negocios tradicionales no pueden competir. Y eso no lo puede negar nadie. Sin embargo a veces el placer de comprar cosas muy baratas puede verse traspasado por la duda de si lo que estamos adquiriendo tiene la suficiente calidad como para evitar la incidencia de ese conocido dicho que afirma que lo barato sale caro. Además, en las noticias y en los periódicos nacionales no faltan a veces titulares llamativos que hablan de falta de rigurosidad en los controles de calidad, piezas peligrosas o tóxicas, problemas con los trabajadores, etc.
Así que creemos que puede ser oportuno recomendarte que te cerciores de lo que adquieres en un bazar chino. Ojo, no decimos que dejes de ir a ellos, porque a veces no nos queda más remedio si queremos ahorrar dinero. Pero si lo hacemos hemos de comprobar todo lo que echamos al carrito de la compra para que no nos salga el tiro por la culata.
