Intentas evitar seguir bajando el precio de tu casa, cosa que es muy normal. Y eso que ya has mirado todos los portales inmobiliarios. Incluso has tenido la brillante idea de publicar tu anuncio en portales extranjeros, y en otros lenguajes, para ampliar tu público entre la Europa que más puede.

Pero el teléfono sigue sin sonar ni una vez a la semana, y las voces al otro lado suenan frías, desconfiadas, y muy especuladoras. No percibes el tono apasionado de quien se acaba de enamorar de las fotos porque tus fotos son malas.

Tienes que tener un chalet o una casa que le entre por la vista a los que quieren alquilar.

Vuelve a mirar las fotos, ven que son feas, olvidan que es tuyo, además contemplan la pintura, los suelos y el estado de la casa.

Los que van a alquilar lo primero que miran es ¿está limpio?, ¿los interruptores son nuevos?, ¿dan ganas de usar la ducha?, ¿o de cambiarla por completo?

Por fin acabas de entender el problema. Las apariencias de tu piso son malas, muchas veces te pasa lo mismo con el alquiler de un chalet de Madrid.

Tu casa necesita  algo más que un lavado de cara.

Esta estrategia de revalorización inmobiliaria trata de acondicionar una vivienda para que se venda lo más rápido posible y al mejor precio del mercado.

Resalta sus puntos fuertes y minimiza los malos. Mejora su apariencia y percepción de calidades del material. No se trata de esconder los defectos, sino de arreglarlos y de que estén en buen estado.

Piensa que una vivienda que no esté en perfecto estado puede perder fácilmente un 15% de su valor durante la negociación. Pero al cuidar cada detalle, reparar y renovar, no solo evitas la depreciación, sino que añades valor al precio final ofreciendo un producto inmobiliario mucho más atractivo.

Una casa si se va a publicar en Internet debe tener buenas imágenes, buenos suelos, la pared debería estar bien y los baños súper limpios.

Antes de cerrar el artículo queremos decir que cada vez más jubilados comparten piso para recortar gastos.

El informe pone de manifiesto que la crisis no sólo ha significado un ajuste de los precios de la vivienda, sino también de los sueldos y las pensiones.

No es de extrañar que en los últimos años haya crecido el número de jubilados que comparte piso, ampliando el perfil de una fórmula antes reservada solo a estudiantes.

Por comunidades autónomas, el estudio apunta que Madrid es la región que se lo pone más difícil a los pensionistas, que deben destinar el 80% y el 91% de su pensión al pago de la hipoteca y al alquiler, respectivamente.

En el caso de las hipotecas, tras Madrid se sitúan Baleares, Cataluña, Galicia y Andalucía. En el lado opuesto se encuentran Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha, Murcia y Navarra.

Por lo que respecta al arrendamiento, las comunidades en las que los pensionistas tienen que gastar más son, junto a Madrid, Baleares, País Vasco, Comunidad Valenciana y Cataluña. En el otro lado de la tabla se sitúan Asturias, Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León.