Placeres sibaritas en Andorra

Andorra es un país pequeño pero sabe adaptarse a las exigencias de cada viajero para asegurarse de que el aburrimiento no tenga cabida. Con más de mil años de historia a sus espaldas, atesora un rico patrimonio cultural que se desvela en cada una de sus poblaciones y a través de monumentos como la Iglesia de Sant Serni de Nagol o el conjunto de Les Bons. Sin embargo, Andorra es mucho más que historia, es una auténtica meca para los sibaritas.

De compras por Andorra

Los excelentes precios que se encuentran en Andorra la convierten en el paraíso para los amantes de las compras, sobre todo para quienes buscan artículos de lujo. Un excelente punto de partida es el Mercado del Diamante, donde podrás hallar diferentes piedras preciosas con sello de calidad. Aunque lo cierto es que Andorra es un gran mercado en sí misma, sus calles ostentan más de mil tiendas, entre las cuales abundan boutiques, perfumerías y relojerías. De hecho, si recorres la Avenida Meritxell y la Avenida Carlemany de Les Escaldes no podrás salir con las manos vacías pero recuerda que la aduana impone algunas limitaciones.

Las tentaciones de la buena mesa

La cocina de este país, fuertemente influenciada por las tradiciones catalanas y francesas, ofrece platos exquisitos para los paladares más exigentes y para todos los bolsillos. Al estar ubicada en los Pirineos, no es extraño que sea famosa por su gastronomía de alta montaña en la cual sobresalen las carnes, los embutidos, la escudella y el trinxat.

Para probar estos platos, nada mejor que acercarse a una de sus bordas. En el pasado estuvieron destinadas a proteger el grano y el ganado pero ahora son restaurantes acogedores que rezuman el encanto rústico de otros tiempos. Una de las bordas más típicas es “L’Era d’en Jaume”, mientras que en la “Borda de Conangle” podrás saborear platos tradicionales por apenas una decena de euros. Y no olvides degustar los vinos de la región, singulares y con mucha personalidad.

Spas y termas donde el relax está garantizado

Andorra también se vanagloria de sus spas y termas, centros donde olvidarás el estrés cotidiano y saldrás rejuvenecido. Uno de los más emblemáticos es Caldea, y no es para menos pues se trata del centro termolúdico más grande del sur de Europa. En sus instalaciones podrás redescubrir los placeres del agua termal bajo mil formas diferentes: cascadas, burbujas, hidromasajes y corrientes te ayudarán a relajarte bajo una impresionante cúpula de cristal. Lo mejor de todo es que se trata de un lujo al alcance de la mano ya que existen paquetes de hotel y entradas a Caldea muy convenientes.

 

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