Miles de perros abandonados cada año tras la temporada de caza

En España existe una gran tradición de caza, lo que conlleva la cría de numerosos galgos que incluso están federados como perros cazadores. Del más de medio millón que tiene registrados esta federación, más de 50.000 desaparece misteriosamente cada año. Algunos de ellos son alojados en residencias caninas Madrid y diferentes provincias en espera de que sean adoptados. Otros no corren tanta suerte y son atropellados o ahorcados por los que hasta ese momento habían sido sus dueños. Una circunstancia que ha sido denunciada por diferentes organizaciones protectoras de animales que buscan un aumento de la vigilancia y las sanciones hacia este colectivo de personas propietarias de galgos y otras razas de perros de caza.

Y es que el nivel de abandono de estos animales está incluso superando al que tiene lugar en verano, cuando las familias se marchan de vacaciones y en lugar de acomodar a su compañero de cuatro patas en una residencia canina madrid lo abandonan a su suerte. En el caso de los galgos de caza las asociaciones protectoras han logrado que muchos ciudadanos se impliquen y colaboren en la denuncia de estas actuaciones, logrando el pasado año que se condenara a una persona a nada menos que siete años de prisión por la muerte y abandono de dos galgos semienterrados que al contar con chip permitieron la identificación de su dueño. Éste, en el juicio, aseguró desconocer que su acción estuviera considerada un delito. Este tipo de sentencias es de suma importancia para solicitar el recrudecimiento de la ley de protección animal que vienen solicitando las asociaciones pro animales desde hace años.

Con la finalidad de dar a conocer el drama que sufren muchos galgos y perros cazadores durante estos meses en los que finaliza la temporada de caza, las organizaciones en defensa de los animales han creado un documental que se ha emitido ya en la capital y que lleva por título Febrero, el miedo de los galgos. Como solución para esta situación se plantea la necesidad de acudir con el perro a un albergue o a una residencia canina madrid para que pueda ser adoptado por alguna familia. A pesar de ello lo ideal sería el conseguir la responsabilidad del dueño de los perros a su mantenimiento de por vida que, a fin de cuentas, es lo que se supone cuando alguien adopta un compañero canino ya sea para convivir con él o para utilizarlo en determinadas actividades como la caza.