Las claves básicas para el adiestramiento canino

De la misma forma que nos gusta rodearnos de personas con la suficiente educación como para que la convivencia sea agradable y respetuosa, cuando vivimos con un perro debemos tener en cuenta que somos los responsables de que su comportamiento no convierta nuestra relación en un caos. Para tener un perro ejemplar, lo mejor que podemos hacer es acudir a un adiestrador canino. Los comportamientos inadecuados en un perro son en la mayoría de ocasiones producto de una educación inadecuada, insuficiente o mal dirigida por parte de los humanos que se encargan de su cuidado. Los expertos en educación canina, los mejores adiestradores de perros, coinciden en señalar la necesidad de ocuparnos de la educación de nuestro compañero de cuatro patas desde sus primeros meses de vida.

En primer lugar los especialistas en educación de perros aseguran que no es conveniente adoptar un cachorro con menos de siete semanas, ya que hasta ese momento debe permanecer con su madre y sus hermanos de camada. A partir de ese momento, cuando ya comienzan a ponerse las vacunas y debe salir periódicamente para acudir al veterinario podemos aprovechar para comenzar su educación y sacarle a pasear cada día. Es necesario que destinemos un espacio en nuestro hogar para nuestro nuevo compañero teniendo en cuenta sus necesidades futuras, es decir, en función de su tamaño cuando sea adulto. Un perro no necesita un gran espacio, sólo un lugar donde pueda sentirse tranquilo y protegido, alejado de estímulos, con un lugar lo suficientemente amplio como para que haya dos zonas diferenciadas: una para dormir y otra anexa para tener siempre a su disposición agua para beber.

Las claves que no debemos olvidar para el adiestramiento de perros es ante todo y como señalan los principales educadores caninos corregir o reprender a nuestro perro solamente cuando seamos testigos de la mala acción y justo en el momento de realizarla. No podemos intentar corregir una conducta realizada horas antes o cuando no estábamos en casa puesto que no entenderá por qué se les está reprendiendo. En cualquier caso es preferible la técnica del refuerzo positivo alabando o premiando aquellas conductas correctas que desarrolle el perro de forma que esto lo anime a realizarlas de nuevo. Por ejemplo, si queremos animar a nuestro cachorro a que se baje del sofá cuando se lo indicamos podemos fijar una palabra para ello (como por ejemplo “baja”) dicha de forma firme mientras le ayudamos a bajar para que pueda relacionarlo. Una vez logrado se le acaricia efusivamente o se le da un premio. Con unas cuantas repeticiones a nuestro perro le quedará claro que cuando decimos “baja” él tiene que actuar bajando del sofá. Un sencillo truco recomendado por los mejores educadores de perros que te llevará a disfrutar aún más de tu compañero canino.