Piscinas naturales, el reto de la ecología

Desde que muchas personas empezaron a tomar conciencia de la necesidad del cuidado del medio ambiente han sido muchos los retos que se han ido planteando, algunos de ellos de fácil cumplimiento y otros no tanto. Se ha logrado suprimir gran cantidad de elementos químicos nocivos de recipientes de plástico, alimentos, productos para bebés, entre otros, una compleja labor puesto que cada día todo lo que tocamos, utilizamos e ingerimos está más sometido a productos químicos. No obstante existen retos que aún no han podido alcanzarse debido a intereses económicos e incluso políticos, como por ejemplo el de sustituir los vehículos actuales propulsados por combustibles fósiles por otros impulsados por energías renovables como el hidrógeno o la electricidad.

 

Por norma general una gran parte de la población mundial está cada día más concienciada acerca de la necesidad de una vuelta a lo natural. Por poner un ejemplo, muchas madres han dejado de utilizar pañales desechables, no sólo por los productos que puedan contener sino por los residuos que se generan. Otra muestra es la proliferación de los huertos urbanos, donde muchas familias cultivan y consumen sus propias verduras y frutas. Son sólo unos ejemplos que explican la popularización de las piscinas naturales o ecopiscinas, que existen desde hace décadas pero que están experimentando en los últimos años un auge basado precisamente en esa necesidad de la vuelta a la naturaleza, el reto de la ecología.

 

Afortunadamente son cada vez más las empresas dedicadas a la construcción de biopiscinas o transformación de piscinas tradicionales con tratamientos químicos en piscinas naturales. Su característica principal es la total supresión de elementos químicos para su depuración, por lo que no es necesario ni cloro, ni oxígeno activo ni ninguna otra sustancia potencialmente dañina para el organismo, la piel, ojos, mucosas y sistema respiratorio. Las piscinas naturales cuentan con un agua cristalina y libre de impurezas gracias a la utilización de determinadas plantas acuáticas, microorganismos naturales y grava que filtran el agua de igual forma que se lleva a cabo en la propia naturaleza. Además es posible la creación de biopiscinas de todo tipo de estilos, desde el más natural a modo de estanque o lago integrado en el entorno a las más sofisticadas y modernas piscinas-horizonte ideales para espacios contemporáneos. En cualquier caso una piscina natural es la opción más ecológica para los baños de verano ya que además de suprimir los productos químicos también reduce ostensiblemente la factura eléctrica al precisar un mantenimiento realmente bajo.