Cuando uno se refiere a un desguace y visita el siguiente enlace está claro que lo tiene claro: estamos hablando de un sitio donde te venden piezas de segunda mano para que la reparación del coche no sea algo que no se pueda asumir. En efecto, en los sitios como el que te hemos enlazado queda claro que el ahorro y, al parecer, la garantía de satisfacción más adecuada van de la mano. Lo que nos parece, por cierto, ideal para que todo funcione a las mil maravillas (no es necesario insistir en que tenemos que tender a la idoneidad para que todo marche según lo previsto).

Pero también es verdad que la palabra de marras tiene otras muchas acepciones que la convierten en un comodín cuando queremos hablar de cosas distintas. Por ejemplo, si leemos el siguiente artículo de opinión nos daremos cuenta de que muchos utilizan este término para designar una situación en la que un servicio, un trabajo o una prestación empiezan a funcionar mal o a ser recortados. Y entonces queda claro que en esos momentos parece indicado hablar del desguace de la sanidad, del desguace de la educación, etc.

Y es que la condición de empresa en la que se desmontan vehículos de todo tipo presupone que estamos hablando de un sitio donde acaban un montón de coches, motos, camiones o 4×4 que pasan a mejor vida. De esta manera los automóviles que son un estorbo o que pueden terminar contaminando el medioambiente quedan inutilizados de por vida y las piezas que se pueden aprovechar de ellos listas para ser instaladas en otros vehículos.

Es esa característica la que utilizan los escritores para tildar a una situación como de desguace. Podemos decir que siempre adquiere una connotación negativa, pero también es verdad que ahora mismo el desguace se ha convertido en una herramienta tal que muchas personas no podrían seguir funcionando con sus coches de no ser por estos sitios. Por eso habría que hacer un lavado de imagen de los desguaces, porque su presencia hoy en día permite que tengamos a nuestra disposición un montón de lugares en los que el ahorro es la mejor manera de conseguir efectividad. Además, hemos de ser conscientes de una realidad nada baladí: sin la segunda mano ahora mismo no podríamos vivir, puesto que la crisis nos ha puesto en la tesitura de aprovechar de la mejor manera las excelencias de las ofertas que pueblan la Red de redes. Y si eres de los que gustan de navegar sabes perfectamente que esto es así, ni más ni menos.